jueves, 27 de marzo de 2008

PREGUNTAS FRECUENTES

SOBRE LA ENFERMEDAD

1) ¿Qué repercusiones tienen los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)?
Las repercusiones son diferentes según el trastorno que se padezca, así como el tiempo que transcurra entre el diagnóstico y la curación. En el caso de la Anorexia Nerviosa (restrictiva o purgativa), a medio y largo plazo los efectos son similares a los que se llegaría en caso de desnutrición severa, es decir, a un deterioro progresivo del organismo y de todas sus funciones vitales, hasta desembocar en la muerte.
En el caso de la Bulimia Nerviosa (purgativa y no purgativa) el riesgo mayor estriba en las consecuencias que la provocación de vómitos y el uso desmedido de laxantes y diuréticos ocasiona en el organismo; además la sensación de pérdida de control que experimenta la persona afectada de Bulimia Nerviosa y que, poco a poco, le lleva a la desesperación, puede desembocar en otros trastornos psicopatológicos. Hay que añadir que el ambiente familiar también se ve afectado sobremanera por la aparente voluntariedad de la persona afectada a padecer esas consecuencias.
Por otro lado, el efecto en el psiquismo de estas personas también es demoledor pues vivir las veinticuatro horas del día con el pensamiento monopolizado por la comida que se come y la que no, el cómo conseguir reducir peso y de qué manera se puede eludir la sospecha de la familia, durante meses (en el mejor de los casos) cuando no años, trae consigo unas maneras de comportarse muy neuróticas, esquivas, social y afectivamente limitadas, con merma en otros aspectos más positivos como los académicos, laborales o simplemente de relación.
2) ¿En qué se diferencian la Anorexia y la Bulimia Nerviosas?
Los dos trastornos están tan claramente diferenciados como la noche del día, el problema está en establecer hasta dónde llega uno y dónde empieza el otro. Existen "casos puros" de Anorexia y de Bulimia Nerviosas, es decir, que cumplen claramente los criterios de diagnóstico específicos para cada trastorno, pero también existen otros casos en donde la persona afectada "viaja" de uno a otro, con lo cual el diagnóstico inicialmente establecido debe ajustarse a la evolución que va experimentando. Esto ocurre sobre todo cuando se inician con conductas propias de la Anorexia Nerviosa (restricción de "alimentos prohibidos", dietas salvajes, etc.) y luego, cuando fallan las fuerzas o la determinación a perder peso a cualquier precio, se cae en los atracones que definen básicamente la Bulimia Nerviosa.
Para entenderlo de una manera simple podríamos decir que la característica más destacada (que no la única) de la Anorexia Nerviosa es la restricción de alimentos a fin de perder peso, aunque se encuentre muy por debajo del peso normal. Mientras que en la Bulimia Nerviosa se desea lo mismo y con la misma vehemencia, pero se opta por las llamadas conductas compensatorias (vómitos, purgas, ejercicio desmesurado y, a veces, irracional, etc.) que ocupan todo el tiempo y el pensamiento de quien la padece.
3) ¿Existen otros TCA?
Aunque no existe aún una clasificación exhaustiva plenamente consensuada cada vez se habla más de la Vigorexia (alimentarse para conseguir el máximo desarrollo muscular), Ortorexia (comer sólo aquellos alimentos que no han sido manipulados o elaborados), Fobias diversas (al colesterol, a los conservantes, a los priones, a las hormonas, etc.). La característica común con los trastornos que nos ocupan es el componente obsesivo que tienen todos y que, en casos extremos, pueden, como en aquellos, destrozar la vida de la persona afectada y de quienes le rodean.
4) ¿Qué señales ayudan a detectar un TCA?
El diagnóstico le corresponde siempre a un/a psicólogo/a clínico/a o psiquiatra, o a algún médico que esté familiarizado con este tipo de trastornos; sin embargo existen indicios que nos deben hacer sospechar de que algo de esto se pudiera estar gestando, como por ejemplo: comentarios reiterativos sobre la silueta y el peso con preocupación excesiva por las tallas de ropa, aumento de la actividad física a fin de perder algún kilo o mejorar la figura sin una causa objetiva que lo justifique, uso desmesurado de la báscula y el espejo, uso de medicamentos o preparados de hierbas con fines adelgazantes, restricción voluntaria de comida o petición repetitiva de alimentos bajos en calorías, aislamiento familiar, vómitos autoinducidos a fin de compensar la sensación de haber comido de más, etc. La presencia de alguno de estos signos NO quiere decir que esa persona padezca o vaya a padecer Anorexia o Bulimia Nerviosas, pero conviene no bajar la guardia.
5) ¿Qué perfil psicológico tienen las personas con TCA?
Cualquier persona indebidamente influenciada es susceptible de desarrollar un TCA. Como característica imprescindible parece más probable que las personas inseguras de sí mismas, con baja autoestima, sean candidatas más firmes a desarrollarlos, ya que detrás de un TCA existe siempre un deseo mal entendido de mejorar el aspecto, de conseguir algo que piensa que si no se tiene siempre serán inferiores a los demás. La supuesta mayor inteligencia y el perfeccionismo de los/as anoréxicos/as sería más un afán obsesivo por no tener defectos, por no dejar ningún resquicio fuera de control, que un aspecto destacable de su personalidad.
6) ¿A qué edad suele aparecer y cuánto dura la enfermedad?
Los TCA tienen mayor incidencia entre la pubertad y primera adolescencia, que es cuando empiezan a aparecer los cambios corporales que disparan todo tipo de ideas irracionales sobre el propio aspecto de las personas afectadas. Pero se está observando de un tiempo a esta parte que cada vez son más los casos que se inician en edades más maduras, y también, por desgracia, cada vez son niños/as más pequeños/as, aún prepuberales, las que empiezan con conductas propias de los TCA; es decir, el segmento de edad de riesgo se ha ensanchado en ambos extremos. En cuanto a la duración lo único cierto es que el diagnóstico precoz y la intervención eficaz, con el adecuado apoyo familiar y social, hacen que estos trastornos remitan con cierta rapidez, sin hablar de tiempos. Si no se dan estas condiciones podemos enfrentarnos a cursos largos o incluso crónicos con episodios cíclicos de remisión, estancamiento y exacerbación del cuadro.
7) ¿Existen factores que predisponen a un TCA, o que lo desencadenen, o que hagan que no se termine?
Mucho se sabe hoy en día de los TCA, y, a la vez, la conclusión a la que se puede llegar es que no hay reglas rígidas que nos permitan saber cuándo va a ocurrir algo de esto, pero sí se sabe que en determinadas condiciones existen más probabilidades que ocurran. Entre los factores que predisponen a estos trastornos se repiten los socioculturales (estereotipos de belleza, el aspecto físico como propiciador del éxito personal, etc.), algunas situaciones de desequilibrio familiar (falta de comunicación entre los miembros, carencia de hábitos domésticos, etc.) y los individuales (inseguridad en sí mismo/a, introversión, obesidad, etc.) que propician el caldo de cultivo necesario para que algo así tenga lugar.
Los desencadenantes suelen ser de tipo traumático, generalmente con un componente afectivo importante (separación de los padres, ruptura con la pareja, etc.) cuando no social (burlas de compañeros/as o familiares, etc.). Luego, las propias características de la enfermedad hacen que esta se mantenga (adicción o compulsión a la secuencia ingesta-vómito, a la que se recurre una y otra vez, la desnutrición anula el juicio crítico y disminuye la conciencia de la enfermedad, etc.).
8) ¿Qué consecuencias físicas tienen la Anorexia y la Bulimia Nerviosas?
Algo de esto ya mencionamos más arriba, pero podríamos añadir que en el caso de la Anorexia Nerviosa, la pérdida de peso trae consigo la interrupción del ciclo genital que, dependiendo del tiempo que tarde en restablecerse podría desembocar en atrofia de la función reproductora, además la aparición precoz de osteoporosis por deficiencia de calcio y deterioro generalizado del organismo por carencia de otros nutrientes básicos. Las personas afectadas de Bulimia Nerviosa de tipo purgativo someten al tracto digestivo a agresiones constantes, ya sea por obligar a la boca y al esófago al contacto inadecuado con los ácidos del estómago, en el caso de los vómitos, o al resto del tubo digestivo al efecto erosivo de los laxantes. El uso de laxantes y diuréticos fuerzan la pérdida de elementos imprescindibles, como el potasio y otros minerales.
9) ¿Cuál es el tratamiento idóneo en los TCA?
Sea cual fuere lo importante es el inicio temprano; al margen de eso, la psicología sigue varias orientaciones en su ejercicio como disciplina clínica, y todos los estudios clínicos apuntan a que la orientación cognitivo-conductual de la psicología ofrece las mejores expectativas con los TCA. Hay que resaltar que algunos casos leves o incluso moderados responden bien a la terapia de estas características de forma ambulatoria; en los casos más severos el ingreso parcial en centros de día especializados es, hoy por hoy, la mejor oferta que se puede dispensar a las personas afectadas.
10) ¿Qué actitud suelen tener las familias o conocidos/as ante estos trastornos?
En general estos trastornos disparan actitudes vergonzantes entre los familiares de los/as afectados/as. Esto posiblemente se deba a que se piensa que es algo en donde la persona afectada entra voluntariamente, haciendo tonterías con la comida y las tallas de la ropa. Podemos sentir piedad si alguien desarrolla un cáncer de pulmón por fumar, por hacer lo que hacen los demás o dejarse llevar por la publicidad del genuino sabor del tabaco, pero las personas que padecen Anorexia o Bulimia Nerviosas suelen sentir vergüenza ante los demás. Además muchas madres y/o padres albergan la idea de que se han equivocado en algo, de que han fallado en la crianza y educación de sus hijos/as y que la gente les va a culpar por ello.
11) ¿Qué papel juega la sociedad en relación con la enfermedad?
Mucho. En esta sociedad competitiva se valora extremadamente la juventud, la belleza corporal, la idea de que para conseguir algo en la vida (éxito, amores, etc.) hay que estar delgado/a, hay que ser guapo/a, con lo cual un sector muy importante de la juventud (y cada vez más la infancia) se trazan metas en las que es imprescindible la delgadez corporal y, por tanto, intentan conseguirla como sea.
12) ¿Qué consideración tiene el Servicio Canario de Salud con estos trastornos?
Cada vez mejor, aunque todavía insuficiente y, todo hay que decirlo, lo que se va consiguiendo es gracias a la presión que Gull-Lasègue hace día a día por la salud de sus hijos/as.

SOBRE LA PREVENCIÓN


1) ¿Qué importancia tiene el culto a la imagen en nuestra sociedad?
Nuestra sociedad desde siempre ha mitificado la belleza, y la belleza actualmente se equipara a un físico delgado, con formas definidas que acentúen el atractivo ante los/las demás (yo existo en la medida en que soy capaz de gustar, excitar, seducir a más gente). Este tipo de mentalidad está sustentada en una profunda inseguridad en sí mismo/a, en la necesidad de la aprobación del otro para sentirse conforme con lo que se es.
2) ¿De qué forma se podría cambiar la mentalidad colectiva respecto a la imagen?
Habría que frenar el proceso dicho anteriormente, y eso es poco menos que imposible. Lo que sí podemos hacer es educar a nuestros/as hijos/as a que tengan juicio crítico ante estas ofertas constantes, a que valoren otras posibilidades de la vida y, por encima de todo, a que se sientan a gusto con lo que tienen, con lo que son. Son granitos de arena que se tienen que ir acumulando.
3) ¿Cómo influyen los medios de comunicación?
Todo esto que se ha dicho hasta ahora tiene que ver con los medios de comunicación. Gracias a los medios de comunicación, o por su culpa, los estereotipos, los supuestos modelos a imitar, a seguir, entran en nuestras casas, en nuestras vidas, a todas horas del día, estemos como estemos de ánimo, esté como esté nuestra capacidad de juicio crítico, con lo cual se va produciendo el efecto del llamado "lavado de cerebro" en las personas más influenciables. Esto se hace con la política, con los bienes de consumo, y, lógicamente, con los supuestos modelos de éxito.
4) ¿Qué papel juegan las dietas y diversos métodos de adelgazamiento?
Su importancia es crucial, ya que muchos/as de nuestros/as pacientes han desarrollado un TCA, principalmente la Bulimia Nerviosa, a partir de una dieta brutal o mal establecida. No queremos decir que no debieran existir puesto que hay personas a las que se les prescribe una dieta determinada por cuestiones de salud. No se defiende en ningún caso la obesidad, pero existen especialistas que deben controlar todo esto. Lo que sí resulta intolerable es que desde los medios de comunicación se estén recomendando continuamente dietas supuestamente milagrosas para rejuvenecer, para recuperar la línea, para ser más atractivos/as en el mínimo tiempo, aunque supuestamente haya un/a especialista detrás de ese artículo, anuncio o consejo. Las dietas deben ser prescritas en persona, con seguimiento periódico, y mientras se necesiten; si no, se está jugando con la salud.
5) ¿Es un factor de riesgo la falta de control del adulto sobre la alimentación de los niños/as?
Ciertamente. Los/as niños/as tienden a comer lo que les gusta y normalmente eso son golosinas. Si dejamos a un/a niño/a que coma lo que quiere siempre tenderá a comer este tipo de cosas. En casa, la alimentación debe estar regulada por los adultos, y hay que procurar que la comida sea rica y variada, lo cual no quiere decir forzosamente cara; debe hacerse con orden y cierto ceremonial (todos en la mesa, la vajilla bien dispuesta, todos comen lo mismo, etc.), es decir, es necesario recuperar o fomentar las tradiciones a la hora de la comida que hoy en día están penosamente influenciadas por modelos foráneos. Suelo decirle a la gente que hay que volver a comer como lo hacían nuestras abuelas, que aunque hubiera escasez sobraba decencia.
6) ¿Cómo se pueden prevenir la baja autoestima, el afán de perfeccionismo y la no aceptación de la realidad personal?
Decíamos más arriba que la baja autoestima es lo mismo que decir inseguridad en sí mismo/a. El problema se gesta desde los primeros años de vida. Si un/a niño/a no se siente querido/a, aceptado/a, si no es feliz en sus primeros años de vida, irá incubando el sentimiento de inseguridad en sí mismo/a. A medida que su desarrollo va avanzando lo que debe prevalecer en cualquier persona es el sentimiento de seguridad, de afecto, en casa, en familia, no impuesto, sino percibido. En la medida en que una persona, sea cual fuere su edad, se siente querida por aquellas personas que le importan, se sentirá segura de sí misma e irá cubriendo todas las etapas del desarrollo con esta sensación. Los avatares de la vida indudablemente pueden influir de diversas maneras, pero tienden a mitigarse en casa si allí se goza de un ambiente afectivo adecuado. Nuestra obligación como progenitores es procurar que tales condiciones estén a la orden del día para que los influjos del exterior tengan la mínima repercusión en el desarrollo de nuestros hijos/as. Estamos obligados/as a trasmitir afecto, y si no estamos dispuestos a ello, cambiemos de tema.